viernes, 25 de junio de 2010

PUBLICIDAD EN SURÁFRICA 2010 SE DISPUTAN “DOS MUNDIALES”
LOS GOLES DE LAS MARCAS COMERCIALES
Hay dos tipos de selecciones en el país africano: unas 32 que luchan por el título y otras que “juegan” con vallas publicitarias
Inés M. Pérez


En Suráfrica 2010 se desarrollan dos torneos. En el primero todo el planeta está atento, lo sufre y lo disfruta, y 32 equipos luchan por ganar la Copa Mundial de la FIFA. El otro, no muy seguido –por cierto- es en el que juega la publicidad. Participa un montón de marcas comerciales que se lucen en cada uno de los 64 encuentros a través de las vallas que adornan los terrenos de los diez estadios escogidos para el importante acontecimiento.

Dentro de ese “segundo mundial” hay muchos “jugadores”. El primer grupo está formado por socios de la FIFA: los artículos Adidas, las gaseosas de Coca-Cola, los aviones de Fly Emirates, los vehículos Hyundai Kia Motors, los electrónicos Sony y las tarjetas de crédito Visa. Al ser los que más pagan, entonces tienen más derechos y más exclusividad con relación al patrocinio de los eventos que organiza la federación internacional.

En un segundo lote entran los restaurantes McDonald’s, los neumáticos Continental, las electrónicas Satyam y MTN y los lubricantes de carros Castrol. Estos dos grupos se toman de la mano para ser los anunciantes oficiales de la competencia, pero también hay que agregar un tercer sector que le brinda apoyo a las empresas locales del país organizador: los promotores nacionales. Y aquí entran al campo First National Bank y Telkom South Africa.

De esta manera, se reparten la torta publicitaria durante los 64 partidos de la Copa Mundial. De acuerdo con los informes difundidos por el máximo organismo del fútbol, los ingresos por concepto de Suráfrica 2010 se situaron en 225 millones de dólares. A todo esto hay que sumar lo recibido por derechos de televisión, y si es así, entonces la cifra aumenta a 590 millones de dólares según, nuevamente, el balance financiero presentado por la FIFA en el Congreso de Johannesburgo en 2009.

Otro “grupo de jugadores” que también participa en la Copa son los uniformes, pero a través de sus fabricantes, entre los cuales sobresale ampliamente lo invertido por Nike, Puma y Adidas. De este grupo, Adidas es una de las marcas comerciales más fieles a la federación, pues tiene un matrimonio con el organismo desde 1974, cuando el brasileño Joao Havelange tomó la presidencia del organismo y, como si fuera imán, atrajo “n” cantidad de anunciantes para promocionar la mundialización de la competencia.

Entre el miedo y la presión

El patrocinio ha sido un arma de doble filo en la historia de la Copa del Mundo, y lo sigue siendo. Por un lado, la inversión económica ha permitido la globalización del juego con más partidos, más torneos internacionales, más proyectos para el desarrollo de este deporte (un ejemplo es el Programa Goal) y la difusión por TV de los juegos para todos los países.

Antes de la llegada de las marcas comerciales, estos escenarios no eran muy viables. Este es el lado bueno. ¿Un aspecto negativo? Pues, sí, al ampliarse el número de partidos (sea con selecciones o equipos) aumenta el número de viajes (por tierra o por avión), el desgaste físico de los jugadores, el premio económico para ellos; pero también la presión y la exigencia del público y de los medios de comunicación a los futbolistas, los entrenadores y los equipos en general.

Hay otro elemento que también ha perjudicado el desarrollo del fútbol: el miedo a perder. Los equipos, debido a la presión y al dinero invertido, suelen salir al terreno de juego, sobre todo si es en un Mundial, a no fallar. El temor a perder se ha impuesto en los últimos torneos y una prueba de ello es que cada vez más el promedio de goles anotados por partidos ha ido disminuyendo, y en Suráfrica se mantiene la tónica. Si la presión de las marcas comerciales es la culpable, no se sabe a ciencia cierta, pero sí que les ha inyectado una dosis de más tensión a los jugadores y equipos, debido a la gran cantidad de dinero que se ha invertido en estas competencias, que han dejado de ser juegos para convertirse en un negocio.

Al invertir mucho más dinero, en especial en torneos grandes, entonces es normal y se entiende que las exigencias sean mucho mayores por parte de las marcas comerciales y de la televisión que, por cierto, debe establecer los horarios de los partidos para poder anunciar más y así transmitir todos los juegos. En ocasiones, y ya son actitudes un poco extremistas, se dice que los torneos son preparados por la televisión y las marcas comerciales, en vez de un comité organizador.

Desde los años setenta hasta acá, el fútbol ha cambiado, y bastante. La inversión de las firmas comerciales y de la televisión ha influido sobremanera en el juego con más torneos, más juegos y una mundialización cada vez más de este deporte, pero también les ha agregado unas cuantas pizcas de presión y de exigencias a los protagonistas del fútbol.

ENLACES CON ALGUNAS WEB
http://es.fifa.com/aboutfifa/marketing/index.html
http://es.fifa.com/aboutfifa/marketing/partners/fifapartners.html
http://es.fifa.com/aboutfifa/marketing/factsfigures/index.html
http://es.fifa.com/worldcup/organisation/partners/index.html

VIDEOS
http://es.fifa.com/aboutfifa/marketing/index.html

jueves, 24 de junio de 2010

No era una medicina, era el Leviatán




Leviatán es una palabra que en principio me llevó a pensar en el nombre de un medicamento. Lo asocié con unas gotas para el dolor de estómago. Luego con unas pastillas para la disfunción eréctil. Pero no, estaba equivocada. Viaje en la web de volver al futuro, y llegue a los tiempos bíblicos. El Génesis dice que Dios lo creo, y agrega que fueron dos, uno femenino y otro masculino, que Dios mató a la hembra, la saló y se la ofreció en alimento a los justos, porque si el Leviatán se procreara el mundo no podría más que someterse ante él.

Llegue al siglo XVII y encontré que Leviatán —del latín Leviathan, y éste del hebreo Liwyatan, enorme monstruo acuático descrito en el libro de Job, y que ha sido considerado un demonio o enemigo de las almas-, también es un tratado de filosofía política escrito por Thomas Hobbes, 1681: El Estado asimilado a la gran bestia bíblica. Los hombres en su “estado de naturaleza” son egoístas, envueltos en una lucha de todos contra todos y en un permanente estado de inseguridad. La solución: el hombre debe renunciar voluntariamente a su libertad personal y cederla a un soberano poderoso y absoluto. Y enseguida lo personifique en Esteban de Jesús, y pensé: este debe ser el libro de cabecera de Esteban Dido, no lo puedo asegurar, pero como el país va contracorriente; quién sabe.


Ahora, qué tiene que ver la criatura maligna con la red de redes, como lo relaciona Jean François-Fogel en “Veinte apuntes sobre ciber-Leviatán”. El periodista francés dice que “Internet le ha dado otra vida”. “Hoy, podemos imaginar a un soberano cuyo cuerpo no es la suma de los hombres sino la red formidable de las pantallas conectadas. Cada internauta haría funcionar una parte del cuerpo del soberano en una nueva democracia regida por un ciber- Leviatán”.

¿Es realmente Internet un Leviatán?, de alguna manera. Si miramos desde la perspectiva de Thomas Hobbes, Internet se ha convertido en un soberano, en un monarca que controla las acciones del hombre y que a su vez es controlado por éste: la suma de todos los internautas dan vida a este “monstro”, como si se tratasen de las células, órganos, venas y demás partes de su cuerpo. Le da forma y sentido.

Internet ha creado nuevas formas de ver, de percibir el mundo; ha desarrollado otras maneras de comunicarse, en las que no queda totalmente claro quién es la fuente, quién es el emisor, cuál es el medio. Internet es en sí una maraña de informaciones que utiliza distintas herramientas para atrapar a “pobres incautos”, y los maravilla con imágenes, videos, escritos, interactividades, y demás.

Posee la fuerza necesaria para controlar y formar al individuo, es por tanto una “herramienta” que muchos hombres y gobiernos han pretendido controlar, no lo han logrado, pero no desmayan en el intento.

En la red está todo. Y como dicen por allí: “O estás aquí, o no estás”. Toda la información que manipulamos en el día a día está en esa infinita red que no tiene límites, en la que todo cabe. Internet la distribuye, la difunde, la moldea. Y bien se ha dicho que el conocimiento es poder, quien controle este Leviatán dominará el planeta. Impone un “régimen dictatorial”: revisamos sus páginas, los Twitter, los blogs, los buscadores, los messengers, el Facebook y demás sitios. Así que, la Internet nos somete a una dictadura de la que tampoco nos quejamos, pues la pasamos bien cada vez que nos sumergimos en ese mundo.

Ahora, ¿por qué digo que de alguna manera Internet es un Leviatán? El Leviatán es un monstruo, representa el mal, el caos, y la web es una de las tantas cosas que ha creado el hombre, en ella no está el ser malo o bueno, la maldad y la bondad sólo están en el ser humano; un bisturí en manos de un delincuente puede significar muerte, en manos de un médico puede representar vida. Internet tiene el sentido que le demos con el uso, y nada más.

Un amigo ingeniero afirma que ya no se puede hablar de una sola red, pues gracias a los avances de la tecnología, cada individuo en sí es una red. ¿Será verdad?

miércoles, 23 de junio de 2010

Bobina de Tesla

El inventor de la web



Con motivo de la celebración de los 20 años desde que se creo la web, la BBC entrevistó a los actores principales de este fenómeno.

El británico Tim Berners-Lee creó la web hace dos décadas sin imaginar que se convertiría en una de las plataformas de información y comunicación más poderosas del mundo.

Berners-Lee recuerda cómo inventó la web, en este video de BBC Mundo.

¡Qué presente impresentable!









viernes, 18 de junio de 2010




¿Este es su caso?